Puede haber vision temporal borrosa, vision doble, sangrado, hinchazón en los bordes de los párpados, sequedad ocular, formación de espinillas, ligera asimetría en la recuperación o en la cicatrización, dificultad para cerrar los ojos completamente (no suele ser permanente) y un posicionamiento algo bajo del párpado inferior, que puede requerir cirugía adicional. La pérdida permanente de la vision es un riesgo, aunque es extremadamente raro.