Infección, retención de fluidos, daños a la piel, ondulación o flacidez de la piel, asimetría, cambios de pigmentación, formación excesiva de cicatrices si se ha cortado excesivo tejido, pérdida de la sensibilidad del pezón, irregularidades en el contorno; en algunos casos se requiere una segunda intervención para eliminar tejido adicional.